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Convertirme en mamá

La maternidad es una decisión de amor y valentía. Es dolorosa, agotadora y atemorizante pero aún así, es un viaje lleno de sorpresas y de nuevas formas de comprender y sentir la vida, el cuerpo y la feminidad. 

La mujer que decide ser madre esta consiente de los cientos de cambios que sufrirá su vida y también su cuerpo. Cambios drásticos que la harán deconstruir aquello en lo que creía y aquello que consideraba importante. Nuevas definiciones de “belleza" nacen con cada cuerpo materno; nuevas miradas y nuevas sensaciones. 

 

“Convertirme en mamá” reúne historias y cuerpos en torno a la maternidad, a estos cambios corporales, estas conexiones y emociones tan especiales y propias de una madre con su bebé. El proyecto nace con la intención de festejar los cuerpos maternos, festejar la lactancia y las “marcas" que deja el parto y la crianza. La maternidad no es fácil, no es color de rosa pero es un desafío de amor. Cada madre tiene una historia distinta, episodios difíciles y conflictos con su cuerpo que cambió completamente tras el parto pero así mismo cada madre tiene un amor infinito por sus hijos y con el tiempo un amor igual de grande por su cuerpo y su fortaleza. 

 

La realidad tras un cuerpo materno es inmensamente complicada, hermosa y sacrificada pero igual de inmensa es la magia de las conexiones entre cada madre y su hijo y porque no de sus nuevos cuerpos. 

A mi no me afectó que cambie mi cuerpo, me gustaba mi cuerpo y mi panza. Luego del embarazo quede flácida y tampoco me afectó. Me quiero como soy porque se que gracias a esto traje una vida, no me importan las marcas porque se que significa que soy luchadora y que tengo a felicidad a mi lado que es mi hijo. El representa todas esas cicatrices que tengo en todo el cuerpo. No me afectan las marcas que tengo, soy feliz!

Mi embarazo no fue planificado y al inicio si me sentí mal con los cambios en mi cuerpo, no estaba preparada. Sentía feo de haber sido una talla y luego otra pero con el tiempo eso cambió porque me di cuenta de que todos esos cambios en mi cuerpo le dieron vida a mi bebé. Me siento feliz porque le tengo a mi hijo. La maternidad cambió mi forma de entender la belleza… antes me preocupaba estar delgada ahora con cada estría que tengo me siento hermosa y se que mi hijo me ve perfecta.

Después de dar a luz yo creía que todo regresaba a la normalidad pero no fue así. Con el paso del tiempo algo vuelve a su lugar pero no recuperas tu cuerpo. Al inicio me sentía muy mal… con el tiempo te das cuenta que no es importante y todas las marcas que tienes en el cuerpo no importan. Es duro al inicio ver que en el espejo ya no está la mujer que eras en ningún sentido. Ahora mi hija me dice que soy hermosa y es lo único que cuenta. Me siento hermosa!

Yo me sentí bien, nunca me sentí mal con mi cuerpo. Después del embarazo tuve estrías pero no me molestan, soy feliz porque siempre quise ser mamá. La lactancia es algo maravilloso. Ser mamá puede ser súper cansado pero ahora me siento más feliz porque algo nació de mi. Con la maternidad entiendes la creación.

Tengo dos hijos, con la primera no tuve estragos ni nada, mi cuerpo no cambió para mal, al dar a luz todo regreso a su lugar. Pero con Joaquín tuve mil estrías, engordé un montón, mis caderas crecieron y fue súper difícil. El cabello ya no me crece, las uñas se me rompen pero ahora ya me acostumbré ya no rechazo mi cuerpo porque tengo estos maravillosos bebés! Antes para mi la belleza era estar pendiente de otras cosas, ahora es venerar mi cuerpo… que mis senos den leche es algo maravilloso! Soy

© 2023. Mariana Cevallos Fotografía

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